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Misa solemne oficiada por el Arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro


• Las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico conmemorarán, por quinto año consecutivo, el Día mundial en recuerdo de las víctimas, con una misa solemne, oficiada por el Cardenal de Madrid, D. Carlos Osoro.
• En este día tan señalado de homenaje a las víctimas y en recuerdo de aquellos que no han sobrevivido, contaremos con la asistencia y respaldo de la Subsecretaria del Interior, Dña. Isabel Goicochea; el director general de Tráfico, Pere Navarro; la presidenta de la Asamblea de Madrid, Dña. Paloma Adrados; el Fiscal de sala coordinador de Seguridad vial, Bartolomé Vargas; el presidente de la Comisión de Seguridad vial y Movilidad sostenible del Congreso de los diputados, D. Teófilo de Luis, y de otros directores generales (Ministerio de Justicia y Educación) así como del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruíz Escudero y de otros representantes políticos de distintos partidos.
• El oficio religioso tendrá lugar en la madrileña Basílica de la Concepción (calle Goya, 26), el próximo domingo 18 de noviembre, a las 13 horas.
• El día coincide con el tercer domingo del mes de noviembre, día marcado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para recordar a todas las víctimas de accidentes de tráfico y para llamar la atención sobre este gran problema de salud pública.

El domingo 18 de noviembre es el “Día mundial de las víctimas de accidente de tráfico”, marcado por Naciones Unidas en 2005, para conmemorar a todas las personas que han perdido la vida en las carreteras de todo el mundo o que han sufrido lesiones graves o son familiares. Así, por quinto año consecutivo, las asociaciones de víctimas organizamos una misa, en la Basílica de la Concepción (C/ Goya, 26), a las 13 horas, que será presidida por el Arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro.

Con esta emotiva ceremonia, en la que participamos representantes de asociaciones de víctimas, lesionados y familiares, instituciones públicas y privadas, queremos recordar a los más de 300.000 fallecidos y a los más de 1 millón de heridos graves, en nuestras carreteras españolas, desde que hay datos de siniestralidad.

Familiares, víctimas y representantes públicos tendrán un papel activo. El acto acaba con la ofrenda de una corona de laurel, que llevarán al altar el General Jefe de la Agrupación de Tráfico y el Inspector Jefe de la Policía de Madrid, mientras el coro y los asistentes cantamos “La muerte no es el final”.

Sin echar la vista más allá, solo desde el año 2000, más de 57.000 personas han perdido la vida en las carreteras españolas y más de 209.000 han sufrido heridas graves, en muchos casos irreversibles. A estas cifras, debemos sumar las de las víctimas no reconocidas, aquellas que no aparecen en las estadísticas: los familiares y seres queridos, que también sufren de por vida las consecuencias de estos siniestros.

Es este, por lo tanto, un gran problema de salud pública pues cada día, alrededor de 5 personas pierden la vida en nuestras carreteras y se registran cerca de 60 heridos graves, de los cuales 17 queda con alguna discapacidad. Con el objetivo de responder a este desastre de salud pública y en reconocimiento de la pérdida y del dolor sufrido, a consecuencia de dichos siniestros, las asociaciones de víctimas y prevención de accidentes han convocado esta conmemoración del Día Mundial de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, para este tercer domingo del mes –el próximo 18 de noviembre-, como marcó la ONU.

Los accidentes en carretera provocan en el mundo la muerte de cerca de 1,5 millones de personas y daños o alguna incapacidad en otros 50 millones. Constituyen la principal causa de mortalidad entre los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años. Por estas razones, en octubre de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó esta resolución, que instaba a los gobiernos a declarar el tercer domingo de noviembre como Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico”.

La misa está abierta a todas las personas que quieran asistir, independientemente de que hayan sufrido las consecuencias de un accidente de tráfico. Se trata de recordar a las víctimas y homenajear a los profesionales que trabajan para disminuir las secuelas de las víctimas (policía, guardia civil, bomberos y sanitarios).