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Actualidad 2016
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Desde Aesleme queremos y tenemos que hacer llegar, a todo el mundo, la preocupación y desaliento que nos produce ver aumentar las víctimas y los accidentes en las carreteras españolas, mes tras mes y, sobre todo, en las vacaciones (253 fallecidos, un 12% más en julio y agosto y un 9% más en lo que va de año). Nos planteamos, como es lógico y como parte activa que somos, ante este problema, para buscar soluciones, qué hacer para volver a la senda de la reducción de accidentes: qué mensaje enviar, cómo hacerlo llegar a todos, qué falla, qué puede revertir la situación, cómo convertir la seguridad vial en una prioridad política y para la sociedad, cómo implicar a todos.

Y si bien es cierto que, como apunta la DGT, el número de desplazamiento ha aumentado en 4 millones con respecto al verano pasado y la antigüedad media de los  turismos en los que se desplazaban las víctimas mortales fue de 13,4 años, no podemos ampararnos en esto y aceptar que ante esta realidad tiene que perder más gente la vida en la carretera o quedar con una lesión permanente; debemos reinventarnos y buscar fórmulas rompedoras, como lo fue el permiso por puntos hace 10 años.

No nos cabe duda de que el factor humano está detrás de muchos de estos accidentes y que corregir ciertas actitudes tan nefastas y mortales, mediante educación vial -desde la infancia pero desde luego también en la mayoría de edad y en las empresas (asignatura pendiente)- es básico para lograr reducir la cifra de accidentes. Y esa es una de las principales labores de Aesleme, sin embargo, estamos viendo como la DGT, en esta última legislatura, ha dado un giro en el que deja de apostar por la educación vial como antes, centrándose en la atención a víctimas y nos preguntamos si siendo muy importante esa atención –que desde Aesleme siempre hemos pedido- no es fundamental prevenir y evitar que el accidente llegue a producirse.

Por último, no entendemos que si la mayoría de las víctimas mortales fallecen en vías secundarias (78% del total de fallecidos), no se invierta en vías 2+1 -en aquellas que sea posible, según los auditores de seguridad vial- y en tomar medidas drásticas, que detengan esta sangría. Tampoco podemos comprender que aún no se haya aprobado el nuevo Reglamento General de Circulación, para reducir el límite de velocidad en este tipo de vías.